A todos los enfermeros y enfermeras les debemos muchísimo reconocimiento y los felicitamos en su día. Aquí dialogamos con Gabriela Parenti, una enfermera que en diciembre cumplirá veinte años de servicio. Tanta experiencia “endurece el cuero” pero este año ha sido muy difícil.
“Nunca tuve un año como este en mi profesión -dice la jefa de enfermeras del Hospital Carrillo-. Estudié alguna vez sobre las pandemias en la carrera, pero nunca pensé que nos iba a tocar algo así. Al principio todos tuvimos mucho miedo. No sabíamos nada y cada día cambiaban las indicaciones. Pero nos hicimos fuertes, nos capacitamos mucho y empezamos a atender covid y de a poco aprendimos y nos acostumbramos. Es muy difícil, hay que tener mucho cuidado. Nosotros actualmente somos veinte y dos enfermeros y enfermeras y ya se contagiaron ocho compañeros”.
Se puede decir que en esta profesión se convive hoy con el virus y siempre con el dolor.
¿Qué ha sido lo más difícil este año para los y las enfermeras?
“Lo más duro fue no poder ver a tu familia -dice Gabriela Parenti-, pasar tres meses sin ver a mi mamá, pasar mucho tiempo sin ver a mis hijos y desde que empezó la pandemia no poder compartir un almuerzo, por ejemplo. Eso cuesta y sé que hay gente que hace todavía más tiempo que no ve a su familia. Además, la pandemia hizo aumentar las horas de trabajo y ya nadie pudo tomar vacaciones. Recién ahora y con el apoyo del director Demichelis, empezamos a dar licencias”.
¿Cuáles son los momentos más duro de la profesión?
“Nosotros tenemos un trabajo donde asistimos y estamos entre la vida y la muerte -reflexiona Gabriela-. Y a veces creemos que después de tantos años te acostumbras al dolor. Pero realmente cuando muere un joven o un niño te aseguro que eso nos pega fuerte, todos lo sentimos mucho y eso se nota en un silencio que recorre todo el hospital. Por suerte eso acá ocurre muy pocas veces. Pero es muy difícil, porque en ese momento, somos más madre o padre que enfermero”.
En la convalecencia el enfermero logra una cercanía con el enfermo.
“Sí, porque nosotros estamos al lado de los enfermos en momentos que ellos sufren -responde Gabriela-. Cualquiera que es internado hace su crisis y nosotros lo entendemos. Mi mensaje para las y los compañeros es que nosotros tenemos que pensar que ellos son un familiar nuestro. Si nosotros empezamos desde ahí, seguro vamos a hacer las cosas bien”.
“Lo mejor que nos pasa es cuando el enfermo se va de alta -dice Gabriela Parenti-, es una emoción muy grande verlos recuperados y mucha satisfacción y orgullo de haber hecho bien nuestro trabajo”.
¿Hoy cuál es el mensaje de una enfermera a la comunidad?
“Que se cuiden mucho -dice Gabriela-. Nosotros acá adentro vemos la enfermedad de cerca y sabemos que hay que cuidarse. Por ahí un joven lo pasa sin síntomas, aunque hemos tenido también jóvenes con dificultades. Pero tenemos que cuidar a la gente mayor que está muy expuesta al covid”
La jefa de enfermeras Gabriela Parenti, nació y creció en el campo y cómo no podía ser de otra manera empezó su carrera hace 20 años en la salita del paraje Forastieri.
¿Qué mensaje la darías a tus colegas en su día?
“A mis compañeras enfermeras les deseo un feliz día y les digo que sigan así, que tenemos el mejor equipo humano de la zona -dijo Gabriela Parenti-. Yo les agradezco todo lo que se han esforzado y que estoy muy orgullosa de este equipo de enfermería. Muchos no somos amigos, pero somos un equipo muy fuerte que es muy unido a la hora de trabajar. Están haciendo un trabajo extraordinario y por eso les digo ¡muchas gracias!”.