El 30 de octubre de 1983 los argentinos volvían a votar y Raúl Alfonsín era elegido como el nuevo presidente de la Nación. Cómo recuerdan aquella jornada histórica dos referentes de la política local.
La recuperación de la democracia significó recobrar el ejercicio de la Constitución, las libertades públicas y la vigencia de los derechos humanos después de la cruenta dictadura cívico militar iniciada en 1976.
En las elecciones del 30 de octubre la fórmula Raúl Alfonsín – Víctor Martínez por la UCR obtuvo un 51.75 % gracias a 7.724.559 de votos. Ítalo Luder – Deolindo Bittel del PJ consiguieron el 40.16 %, seguidos por Oscar Alende del PI, con un 2.33 %. Más atrás quedaban Rogelio Frigerio del MID y Francisco Manrique de Alianza Federal.
Se iniciaba una etapa de esperanza. Apenas asume el 10 de diciembre de 1983, Alfonsín no tarda en cumplir su promesa electoral y envía al Congreso la ley que derogaba la Autoamnistía de la dictadura. Fue la primera Ley aprobada en Democracia.
“El 30 de octubre, el día que volvió la democracia -recuerda el tres veces intendente Jorge Cravero. Sí, yo intervine en esa campaña, la recuerdo perfectamente porque fue la puerta de entrada para mí a la política. Veníamos de muchos años de dictaduras militares. Así que para los jóvenes de aquel momento fue algo increíble, fue un punto de inflexión en nuestras vidas. Yo no tenía pertenencia política, aunque era filoradical. Me vino a buscar Federico Bolla y me afilié y empecé a trabajar, ¡hicimos miles de afiches! Los partidos entonces eran mucho más fuertes (hoy son todos frentes). En la interna, con Raúl Alfonsín y “Renovación y cambio”, le ganamos a la Línea Nacional. Por eso yo quedé en un lugar expectante para entrar al Concejo. Así sucedió con la elección del 30 de octubre”.
“En la campaña del 83 yo tenía la radio -cuenta el ex diputado provincial Carlos Ruiz-, así que intervine más desde la neutralidad, como periodista. Todos lo vivimos con mucha expectativa, después de haber pasado la tremenda dictadura del 76. Estuve en varias reuniones anteriores a la elección, cuando Alfonsín y el Ing. Pablo Marín venían a invitar a Federico Bolla para incorporarlo al radicalismo. Había una expectativa muy especial. Alfonsín vino a nuestro comité durante la campaña. Y aquel 30 de octubre lo viví con angustia y esperanza. Angustia porque no sabíamos si la sociedad iba a interpretar el proyecto de Alfonsín y esperanza por el contenido tan profundo que tenía la democracia”.
“¡Había un fervor impresionante! -dice Jorge Cravero- Y era así en los dos partidos, fíjate que entre radicalismo y peronismo sumaron casi un 92% de los votos. ¡Había un entusiasmo extraordinario! Y con menos medios, me acuerdo que cuando vino Alfonsín hacíamos la publicidad en el avión. ¡Subíamos la batería y la bocina y andábamos haciendo la publicidad!”
Los cierres de campaña fueron históricos por su contenido político y por su masividad.
“Aquel cierre de Alfonsín en el obelisco te hacia poner la piel de gallina… ¡llorabas! -recuerda Ruiz- Para nosotros, después de los gobiernos peronistas democráticos y los gobiernos militares, era despertar a una nueva vida, la esperanza de una sociedad mejor. A mí se me hizo carne, yo no tuve padre desde los 11 años y entonces para mí, era como que me nacía un padre de la categoría de Alfonsín”.
En Roque Pérez también la gente asistía a los actos “Sí, y los actos eran multitudinarios -recuerda Jorge-. Se ponía un palco delante de la municipalidad y en otros lugares también y asistía muchísima gente”.
“Alfonsín era un maestro en el uso de la palabra -recuerda Jorge Cravero-, en el manejo de los tiempos. Era alguien muy estudioso, muy preparado. Y con unos principios democráticos que hacen que, a diez años de su muerte, todos los sectores políticos respetan mucho a Raúl Alfonsín”.
“Yo lo había visto a Alfonsín en el año 1972 en un acto en Plaza Martelli -recuerda Carlos Ruiz-. Ya andaba entonces comunicando sus ideas, empezando el movimiento de Renovación y Cambio. Lo trajo Cacho Amico y el Gordo Rocha. Eramos apenas catorce personas ese día. Después en el año 82 ya lo conocimos más a Alfonsín, yo le hice una nota en esa oportunidad, en un comité que había en calle Belgrano. Raúl Alfonsín había perdido cuatro o cinco internas hasta que ganó en el momento justo”.
“En Roque Pérez la interna fue Federico Bolla contra Jorge Orioli -recuerda Ruiz-. Ganó Bolla por 50 votos. Y el 30 de octubre Bolla le gana la elección de intendente a Tomás Monetti (PJ). La lista de Federico Bolla llevaba como candidatos a concejales a Enrique Quiquí Galán, Zabala, Irma Alonso y Jorge Cravero. La Lista de Tomás Monetti a Argisto Virgili (no asumió), Carlos Forastieri, Ricuzzi y Charol Rocha. Raúl Yorio era el candidato a intendente por el vecinalismo y Pichi Testa era su primer concejal y pudo ingresar y propuso la ordenanza para los festejos de los 100 años de la fundación de Roque Pérez. Yo me iba a sumar poco después a la gestión de Bolla como secretario de Cultura ad honorem en el año 1984” cuenta Carlos Ruiz.
En la escena nacional, el cierre de la UCR fue apoteótico y Alfonsín terminaba recitando el preámbulo de la Constitución, la ley máxima que no había estado vigente desde el 76.
“Sí, decía el preámbulo y nos hacía lagrimear -recuerda Jorge- porque la libertad era lo más importante que se estaba recuperando el 30 de octubre. Esa misma noche en Roque Pérez hubo gran alegría y enseguida las reuniones para formar gabinete. Reuniones en el comité de calle Tarigo. Preparar el gobierno, empezar a gobernar. Desde ahí no paramos nunca. Fue muy lindo”.
“Creo que nuestra democracia sigue en deuda con las ideas que pregonó Alfonsín, yo mismo me pregunto -dijo Carlos Ruiz- que hicimos mal para haber llegado a la situación actual”.
“Alfonsín era muy claro -dijo Jorge Cravero-, porque nos hacía entender que la política era sencilla y que es la llave con la que se pueden cambiar las cosas”.
Habrá estas y muchas miradas sobre el andar de nuestra democracia y también del radicalismo. El país es un desafío tan grande que pone a prueba a diario las convicciones de todos los hombres y partidos.
Lo que quisimos aquí es recordar un hecho histórico y de valor perenne. La recuperación de la democracia para todos los argentinos. Un bien que nos merecemos cuidar todos.