La Chingada tiene una larga y rica historia. Conocida y desconocida, relatada en los bares y dispersa. En todos los casos una historia nuestra y entrañable. La Chingada es la historia de los apasionados del fútbol «chico», esa lucha de seis contra seis en busca de la red que es una jaula de alambre. La Chingada y su cancha de tierra. Un lugar de Roque Pérez donde supo mezclarse la zapatilla y la alpargata, un territorio donde viven las goleadas y donde no existe el empate.
Todavía resuenan en la memoria de los que peinan canas, aquellas noches doradas del Club La Chingada. Un clásico de los años sesenta como “El Ultimo Foco” versus “El Recuerdo” reunía 1.500 espectadores y las noches en las que participaba El Amparo o Casa Falasco, las tribunas se abarrotaban de seguidores de Lobos y Del Carril. Hubo torneos que eran disputados por 32 equipos y hasta por 40 equipos como en el año 76. El babby atraía a muchos espectadores y las apuestas iban y venían como en las cuadreras.
En el año 2000 en La Guía realizamos un podio de campeones de aquellos tradicionales equipos. Encabezaba El Ultimo Foco con 9 campeonatos, seguidos por El Titán / Los Titanes de Avigrán, 7 y El Recuerdo, 6. En aquel momento Corazones Unidos llevaba 5 pero siguió sumando campeonatos en los últimos años y superó al Titan, según nos contó Dario Cabral. También destacábamos algunas perlitas de la competencia: El Ultimo Foco se coronó quíntuple y tetracampeón. Entonces el Flaco Osvaldo Suarez llevaba jugados 30 torneos consecutivos. Raúl Pampa Rivas jugó nada menos que 38 torneos. Y el recordado Picha Caro obtuvo 10 campeonatos, 9 con el Ultimo Foco y 1 con El Relámpago.
La Chingada: Historia Grande del Fútbol Chico
Había un terreno con higueras y un potrero desparejo donde los muchachos del barrio hacían picados. Así nació el Club Deportivo La Chingada.
El 3 de noviembre de 1955, un grupo de vecinos, reunidos en la casa de José Cravero, formaba la primera comisión del Club La Chingada. Era el sueño de unos muchachos, que en una tarde de fútbol en el potrero que hoy es la cancha, dijeron entre sí: ¿Vamos a fundar un club?
La primera comisión fue presidida por Domingo Scotti. Vice: Alfredo Gatti, Vice 2º: Atilio Coltrinari, y en los cargos restantes, Luis M. Bustos, José Ferrincieli, José Cravero, Pablo Cravero, Alfredo Cravero, José A. Rocha, Pedro Lucaroni, Carlos Buezas, Pedro Testa, Armando Fiordoliva, Juan Gatti, Héctor Murga, Ricardo Irazusta, Juan Aguirre, Nicolás Falcone, Saúl Renzella, Nazareno Angeletti y Angel Orioli. Fue designado Presidente Honorario Clemente Rocha.
Eran los primeros pasos institucionales. Se hicieron gestiones para conseguir una motoniveladora para emparejar la cancha y se organizó un picnic para recaudar fondos.
Pablo Cravero proponía la construcción de una cancha de bochas. Se adoptaba el color azul con rivetes blancos de dos centímetros para la confección de una bandera y de las camisetas. Enseguida se propone la organización de un torneo nocturno de babby fútbol y la indispensable instalación eléctrica y colocación de luminarias.
Comienzan los torneos
El 4 de enero de 1956 se realiza el sorteo del primer torneo de La Chingada. Intervinieron 17 equipos. El primer partido de la historia lo disputaron Cervecería Quilmes y Herrería Meca (No hay registros del resultado). El primer campeón fue Almacén Alonso-Troncoso de Santiago Larre.
El mismo año son adquiridos a Atilio Coltrinari y Milanesi los siete lotes donde se emplaza la institución y se realiza una Asamblea Extraordinaria en el club Olimpo donde se aprueba el estatuto y el proyecto de salón y buffet.
Mientras que los terrenos fueron comprados a un valor de $12.467 m/n, el primer torneo recaudó $ 14.022 m/n en concepto de entradas y la cantina $ 27.054 m/n.
En el Torneo 1956-57 Almacén Troncoso se coronaba bicampeón. Asumía la presidencia del club Clemente Rocha, uno de los pilares de la institución.
Con el cuarto Torneo 1958-59 comenzaba la inolvidable década de El Ultimo Foco. Conquistaría 9 campeonatos y un subcampeonato en forma consecutiva. Picha Caro aseguraba que dos torneos fueron conquistados de manera invicta. En el año 1962 se realizó un partido exhibición de fútbol femenino entre River y Boca. En 1963 la denominación Babby Club La Chingada fue cambiada por la de Club Deportivo La Chingada porque la ley de personería jurídica que no permitía vocablos extranjeros.
De potrero a Club
Algunos testimonios sobre los inicios y anécdotas de fútbol.
Pablo Cravero (Ex C.D.): “Todo empezó en el potrero. Creo que fue Jorge Orioli que le puso La Chingada, antes que existiera el club. Por el año 1950 jugábamos en el potrero La Chingada contra el potrero La Bosta de Vaca. Sobre la calle Alsina el terreno estaba lleno de higueras. Un día nos juntamos a comer un asado y juntamos plata. Cada uno puso mil pesos (El billete marrón de la fragata). Empezamos sin nada. Durante los primeros torneos, en la cantina no había heladera. Refrescábamos la bebida en un pozo. Había grandes jugadores entonces: Corcuera Salinas, Cholo Mancinelli, Aníbal Draghi, Montaño Marín, el Negro Roldán y muchos más”.
Luis M. Bustos (Ex C.D.): “Cuando la cancha de bochas estaba en el fondo, la cantina era dos tanques y un tablón. Ahí atendían Pablo Cravero y Alfredo Gatti. Los Cravero siempre trabajaron en La Chingada. Los días de partido, Don José Cravero empezaba a regar la cancha desde las cuatro de la tarde. Las noches más memorables eran aquellas en las que jugaban Casa Falasco Del Carril y El Ultimo Foco. Entraban hasta dos mil personas”.
Oscar Giles (Ex C.D.): “Cerca de la cancha, había una fábrica de mosaicos que tiraba los escombros en el potrero. Todavía no existía el club, pero nosotros jugábamos allí todas las tardes entre las piedras. La pelota picaba para cualquier lado. Alguien dijo: Acá se “chingan” todas. Así nació el nombre La Chingada”.
Picha Caro (El Ultimo Foco y El Relámpago): “El nombre del equipo surgió porque nuestro técnico, Pedro Posici, vivía sobre Ciappa Anaut, al lado del último foco que había sobre esa calle. Cuando nos presentamos en La Chingada se nos ocurrió El Ultimo Foco. La camisa fucsia la elegió María Luisa Mancinelli. Y nuestros hinchas número uno fueron Mario Mondani y Domingo Rocha”. “Peredo, el Cholo y yo éramos grandes tiradores. Mientras el Gitano se revolcaba buscando la pelota ya estaba buscándonos para el contragolpe. Nunca más vi un arquero como el Gitano. Fue el más grande.”
“El Flaco Cousillas siempre se acuerda de un gol que le hice de media cancha -contaba Picha-. Patié al lado del viejo palco de control. Pegó en el ángulo y entró. Fue tan fuerte que no lo vio.”
Osvaldo Suarez (El Titán y Farmacia Del Pueblo): “Los mejores que yo ví en la Chingada fueron Picha, Peredo, Draghi, Rivas. Miguel Stafolani jugaba solo. Le pegaba seco y fuertísimo a la pelota. Era un goleador sensacional. Y el mejor centro babby fue Pedro Zucotti.”
Hugo Gitano Rocha (El Ultimo Foco): “Cuando terminaba un partido en La Chingada me tomaba 10 o 12 naranjadas. Pichón Buezas me decía: Vos sos un gitano naranjero. Y así nació mi sobrenombre. Yo usaba un buzo blanco. Con ese buzo estuve 32 partidos invictos. Una de mis mejores noches le atajé dos veces el mismo penal al Negro Aguilar.”
Dario Cabral (Corazones Unidos): “Cuando mi papá decidió presentar un equipo en la Chingada en el 72, nos reunimos a comer un asado y cada jugador propuso un nombre y lo anotó en un papel. Todos fueron a una bolsa y por azar salió el papelito donde Tato Barreto había anotado Corazones Unidos.” También tuvimos el honor de jugar tres torneos con Ricardo Villa. Pudimos superar en cantidad torneos a El Titán, ganamos en 2013 la copa por el centenario de Roque Pérez. Llevamos 48 años compitiendo en La Chingada”
Jorge Manganillo (Locutor): “El jugador más habilidoso que ví en La Chingada fue el Negro Nievas. Y arquero no hubo uno mejor que el Gitano Rocha. Me acuerdo como si fuera hoy: El Ultimo Foco contra El Amparo. Los dos arqueros frente a frente, y los dos vestidos íntegramente de blanco. Eran un espectáculo. Te aseguro que El Gitano llenaba la cancha solo. Y el Foco jugaba de memoria, era una máquina de relojería.”
Desde 1956 sigue retumbando el gol en La Chingada y sigue rodando la número cuatro blanca. Son 65 años de historias, más de mil noches de fútbol. Con el paso del tiempo la fisonomía de la anécdota se va metiendo en la frontera oscura de la leyenda. A veces, en la mateada de un taller mecánico o en la rayada mesa de un bar cuentan la historia: Hubo una apilada. Una apilada magistral. Gambeta por derecha, taco, auto pase, caño, amague y pisada, juego y sombrero, pecho y un seco y furioso shot. Tan seco que se le podían contar los cascos al balón. Nadie la cuenta igual: Unos dicen que el arquero no la vio, otros que la descolgó del ángulo sin dar rebote. Unos dicen que el delantero era de El Ultimo Foco del 65, otros que fue un centro baby de El Titán en el 77. Casi todos están de acuerdo en el desenlace: la pelota atravesó el alambre, mordió el tapial y se alejó loca por el aire, como borracha dicen. Y nunca más la encontraron. Ni en los patios vecinos, ni en los techos, ni en los pastizales. Nunca más. Pero otros aseguran que esa jugada es cuento, y mientras se frotan la rodilla machucada, prometen que ese gol se va a convertir en la próxima noche de «Chingada».
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