Especial de Pascuas: Qué representan los artísticos vitraux de la Iglesia San Juan Bautista y quienes fueron sus donantes. El templo fue inaugurado en 1936 pero sus ventanas fueron completadas con sus coloridas vidrieras cinco años después.
Cuando la antigua capilla construida entre 1898 y 1899 resultó pequeña para los oficios religiosos, muchos fueron los fieles de la comunidad que liderados por el párroco piamontés Francisco Massobrio, ayudaron a la construcción de la nueva Iglesia inaugurada en 1936.
Hay una importante placa que destaca la figura de Mercedes de Elizalde de Blaquier que en memoria de su marido Juan José Blaquier hizo importantes contribuciones. Juan José Blaquier era hijo de los fundadores de la estancia La Concepción (Lobos). Al enviudar se casó con Mercedes de Elizalde Leal, que era hija de Rufino de Elizalde, ministro de Mitre. Su único hijo, Juan José Silvestre Blaquier en 1937 se casó con Magdalena “Malena” Nelson Hunter. El matrimonio tuvo nueve hijos. Silvestre desaparecería en su propio avión, en aguas de América Central a los 43 años.
J.J. Silvestre y su madre, no presentes pero representados por el presidente de la Comisión Pro Nuevo templo Juan Alfredo Espelosín (hijo del fundador) y por Palmira Milanessi de Coltrinari, fueron padrinos el 31 de marzo de 1929 de la ceremonia de colocación de la piedra fundamental de la futura Iglesia, donada por María L. Gourría.
Según cuenta Julia Gourría “Marie Lascoity, casada con Augusto Gourria, eran mis bisabuelos. Ambos vascos franceses, que llegaron y trabajaron en la Estancia La Concepcion”.
El nuevo templo sería inaugurado el 19 de marzo de 1936. Hay muchas historias de nuestra Iglesia, sus párrocos y su comunidad de fieles. Pero esta vez queremos dirigir nuestra atención a los diferentes y bellos vitrales que iluminan las dos naves de la Iglesia y en quiénes fueron algunos de sus donantes que dejaron su nombre iluminado para la posteridad debajo de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, Juan el Bautista y otros santos cristianos.
Los vitrales son obras artísticas compuestas por vidrio de diferentes colores y juntas de plomo. Su uso se extendió en las catedrales de la edad media para que las historias bíblicas fuesen comprendidas por los fieles que eran analfabetos.
Los vitrales de la Iglesia de Roque Pérez fueron realizados por Francisco Cantú. En todo el templo hay 32 ventanas. Hay siete vitraux por cada nave lateral con imágenes de Jesus, María y José y diferentes santos. Fueron colocados aproximadamente entre 1941 y 1942.
Sagrado Corazón de Jesús
La primera imagen de la nave derecha es el vitral del Sagrado Corazón de Jesús.
A sus pies figura el nombre de su donante, Manuel Suquilvide. Hasta ahora es un misterio quién puede haber sido, incluso no era un apellido conocido en nuestra localidad entonces.
En la Iglesia Católica, el Sagrado Corazón de Jesús es la devoción referida al corazón de Jesucristo, como un símbolo de amor divino. Es la devoción a la entrega y amor total de Jesús, en especial a su amor por la humanidad.
Pío XII desarrolla en su encíclica Haurietis aquas que «el Corazón de Jesús es el corazón de una persona divina, es decir, del Verbo Encarnado, y que, por consiguiente, representa y pone ante los ojos todo el amor que Él nos ha tenido y nos tiene aún».
El papa Francisco dijo “Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no vino a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino que vino a ofrecer amor con mansedumbre y humildad. Así se definió a sí mismo: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón»
La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a Santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció en 1675 con estas palabras: «Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que ingratitud…». En la aparición ante la santa francesa, Jesus tenía el corazón en llamas, rodeado de espinas y atravesado por la lanza.
San Juan El Bautista
En la nave izquierda se halla la imagen del santo patrono de Roque Pérez. El vitral fue donado por Juan Espelosín y Sra (Marcelina Ayerra, no mencionada por su nombre en el vitral pero gran promotora de las obras para el nuevo templo).
Juan Espelosín fue un comerciante visionario, dueño de un gran almacén de ramos generales y uno de los fundadores del pueblo de Roque Pérez, ya que subdividió su tierra para la urbanización de 128 manzanas y donó terrenos para la estación del ferrocarril, la antigua iglesia, la Escuela 1, el Hospital y las primeras calles.
El vecindario propuso su nombre para la denominación de la Estación ferroviaria pero Espelosín postuló el nombre del Dr Roque Pérez, el abogado cordobés que había fallecido luchando contra la fiebre amarilla.
San Juan, fue un predicador ambulante judío venerado en el cristianismo, el islam y el bahismo surgido en Persia. Nació de un anciano y una mujer esteril luego de ser anunciado por el Angel Gabriel. Según San Marcos, Juan usaba un manto hecho de pelo de camello y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Proclamaba el bautismo del arrepentido para el perdón de los pecados y decía que vendría otro después de él que no bautizaría con agua, sino con el Espíritu Santo.
Jesús acudió a Juan y fue bautizado por él en el río Jordán. Juan el bautista murió decapitado por orden de Herodes a pedido de su hija.
En la misma nave se hallan los vitrales con las imágenes de San José, padre de Jesús, de Nuestra Señora de la Merced, y de San Luis de Gonzaga. Estos tres vitrales fueron donados por la Comunidad Parroquial.
San José
José, esposo de María, era de oficio artesano, luego traducido como «carpintero». Se cree que murió después que Jesus cumplió 12 años y antes de que éste comenzara a predicar. El protoevangelio de Santiago (uno de los textos apócrifos) relata que José era viudo con seis hijos y que tiempo después tomó a María como su esposa de la cuidó de modo ejemplar. Se lo considera patrono de la familia y del trabajo. Desde 1936 es el segundo patrono de Roque Pérez.
En el vitral de San José se lee donado por la Comunidad pero según documentos parroquiales, los vitrales dedicados a San Luis y San José fueron donados por Ricardo Ciordia quien desde 1923 fue socio de los hijos de Juan Espelosin, Juan Alfredo y Martín, en la explotación de su Almacén.
Nuestra Señora de la Merced
Es devocionada inicialmente por una Orden a partir de la aparición de la virgen María a tres caballeros al mismo tiempo en distintos lugares. La Virgen María les pedía la fundación de una orden religiosa dedicada a la redención de los cautivos. Los caballeros se unieron en la catedral de Barcelona y fundaron la Orden. Su devoción se difundió a toda España y luego a América. En Argentina es Patrona de la provincia de Tucumán y de más de 40 localidades en todo el territorio.
San Pedro
Vitral donado por Palmira Milanessi. Fue esposa de Pedro Coltrinari. Pedro vino desde Ancona a los 17 años y cuando hizo pie en la pampa viajó a Italia a buscar a su novia Palmira -cuenta su bisnieto Cesar Coltrinari-. Pedro y Palmira fueron promotores del templo, y donaron según contaba Osvaldo Lahagou los ladrillos y la puerta principal. Según pude hallar en documentos parroquiales consultados en 1999, Pedro Coltrinari había donado cien mil ladrillos.
San Pedro es uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Su nombre de nacimiento era Simón bar-Jona y era pescador de oficio en el mar de Galilea.
La Iglesia católica lo identifica como el primer Papa, basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella”.
Según la Tradición, Pedro y Pablo habrían sido los fundadores de la Iglesia en Roma. Según San Jerónimo «De manos de Nerón, Pedro recibió la corona del martirio, siendo clavado a la cruz, con su cabeza hacia el suelo y sus pies hacia arriba, a pedido de Pedro, por no considerarse digno de ser crucificado del mismo modo que su Señor.
San Luis de Gonzaga
Fue un religioso jesuita italiano, fallecido a los 23 años a causa de la peste. Es representado como un joven vestido con una sotana negra y sus atributos son un lirio, referido a su inocencia; una cruz, referida a su piedad y sacrificio; una calavera, referida a su temprana muerte.
San Antonio de Padua
El vitral fue donado por Enrique A. y Carlos A Ojea. Américo Carabajal barrunta que podrían tratarse de familiares directos del Escribano Publico Antonio Romulo Ojea Rullan quien fuera dueño de la estancia La Juanita del paraje Santiago Larre.
Antonio de Padua, nació en Lisboa en 1191 y fue un sacerdote de la Orden Franciscana, predicador y teólogo portugués, venerado como santo y doctor de la Iglesia. Su capacidad de prédica era proverbial, al punto de ser llamado «Arca del Testamento» por Gregorio IX. Según su biografía “hacía restituir lo sustraído con la usura y la violencia, liberaba a las prostitutas y disuadía a ladrones famosos por sus fechorías”
Santa Rita de Casia
Santa Rita de Casia nació en Italia con el nombre de Margarita Lotti. Perdió a su marido asesinado y a sus dos hijos por enfermedad. Se consagró a la oración y de acuerdo a la tradición en 1428, una madrugada recibió de manos de Cristo una larga astilla de madera clavada en el hueso de la frente. Se trataba de un estigma divino: la marca de la corona de espinas que Jesucristo había exhibido en la cruz. La herida siguió abierta toda su vida.
Uno de los símbolos de santa Rita es la rosa. En su vejez, ella contaba que su marido le prohibía dar de comer a los pobres. Un día en que estaba saliendo de su casa con un pan bajo sus ropas, Mancini la confrontó y le quitó el vestido: pero el pan se había convertido milagrosamente en rosas.
El vitral con la imagen de Santa Rita fue donada por Rafael Sánchez, dueño del Almacen Sánchez que existió en el lugar actual del taller de la escuela técnica -me recuerda Américo Carabajal-. Rafael fue padre de Moni Sánchez y abuelo de Homero, Fernando y Nicolás Jeaneret.
San Isidoro Arzobispo
Fue un erudito que trabajó en la conversión de la casa real visigoda (arrianos) al catolicismo. Durante más de tres décadas hasta el año 636 fue arzobispo de Sevilla. Es venerado como santo por la Iglesia católica. Su vitral fue donado por Catalina U. de Lanz.
Sus santidades
Los restantes vitrales representan a San Carlos Borromeo (donación de Francisca D. de Ottino), Santa Catalina de Siena (donación de Catalina T. de Cousillas) y Santa Agueda (donación de Agueda P. de Massobrio)
“Catalina Tonelli de Cousillas era mi tía, ella era familiar de mi padre, Osvaldo -recuerda Ruben Cousillas-, era una tía muy querida que yo visitaba en su casa en calle Mitre cuando era chico. Luego la hija de Catalina se casó con Burghiani”.
Catalina de Siena tuvo en el año 1376 una decisiva contribución al regreso del papado a Roma tras el exilio de Aviñón. Produjo muchos escritos por lo cual es considerada Doctora de la Iglesia y es la patrona de Italia.
Carlo Borromeo fue un destacado Arzobispo y uno de los grandes reformadores católicos. Entregó su persona y sus bienes para salvar a Milán de la peste. Fundó 740 escuelas de catecismo y es el patrono de los catequistas, seminaristas y bancarios.
Santa Rosa de Lima fue una mística cristiana canonizada por el papa Clemente X en 1671. Entre los santos nacidos en América, santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.
Santa Teresa de Jesús (1515-1582) fue una monja nacida en Avila, España. Fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzas, mística y escritora. Una fiel la vio levitar mientras oraba. Al morir, su cuerpo permaneció incorrupto. Es la patrona de España.
Restauración
El padre Fabian Gerez impulsó la restauración de la Iglesia por los años 1999-2000. Entonces los vitrales fueron restaurados por un artesano vidriero que trabajaba en los vitrales de la catedral de La Plata y la obra fue donada por la familia Blaquier.
Investigando hallamos que el restaurador se trata de Felix Bunge, conocido vitralista que intervino también en trabajos en la Basilica de Lujan, el Teatro Colón y el Congreso de la Nación.
Obra y epílogo
Cuando la obra de la Iglesia se terminó, fue completado el campanario y el revoque exterior, en los años 40, el balance indicó que el costo total del templo había sido de 151.307 pesos. La comunidad aportó 75.307, La Sra. Blaquier 71.000 y el gobierno provincial 5.000 pesos. La comunidad donó animales para remate, cereales, dinero y trabajo. Fue una obra inmensa, digna de un pueblo unido.
Hoy puede contemplarse a la izquierda del portal de la Iglesia una hermosa placa artística con mujeres y niños mirando al cielo y ofreciendo flores que fue colocada en 1961 por el 25 aniversario de la inauguración de la Iglesia. Está dedicada a la memoria del presbítero Franciso Massobrio y de todos los que colaboraron en la construcción del templo.
En el bronce puede leerse: Opera eorum sequuntur illos. “Sus obras siguen entre nosotros”
